Un hombre que tenía 17 camellos y 3 hijos, murió. Cuando el testamento fue leído, decía que la mitad de los camellos sería para el hijo mayor, un tercio para el segundo y un noveno para el tercero. ¿Qué hacer? Si eran 17 camellos; cómo dar la mitad de 17 al hermano mayor? ¿Uno de los animales debería ser cortado a la mitad? Además, eso no resolvería nada, porque un tercio de 17, sería dado al segundo hijo. Y la novena parte al tercero. Los hijos corrieron a buscar al hombre más erudito de la ciudad, un estudioso, un matemático. El hombre razonó mucho pero no consiguió encontrar la solución, aunque era un buen matemático. Entonces alguien sugirió: "Es mejor buscar a alguien que sepa de camellos, no de matemáticas". Encontraron entonces al Filósofo de Güémez, hombre inculto pero sabio y con mucha experiencia. Le contaron el problema. El filósofo se rió y dijo: - "La solución es muy simple, no se preocupen". Ca...