EDITORIAL
+ Que Palabra N°3
Otra
mirada Hacia la Inclusión.
Los Talentos Especiales y las
Poblaciones Migrantes
Indudablemente en la última década y de manera muy positiva, se ha venido
insistiendo en la visibilización, posicionamiento y empoderamiento de las
poblaciones en situación de discapacidad (cognitiva, física, motriz, visual y auditiva)
en todos los ámbitos sociales en general y en especial en los ámbitos
educativos que son los que realmente pueden potencializar el citado empoderamiento,
pues es solo mediante el desarrollo de habilidades académicas.(Comprensión
critica lectoescrita/ audiovisual y expresión critica audiovisual y escrita)
que en la práctica se alcanzan las posibilidades de real desarrollo personal en
una sociedad en particular.
Sin embargo, no sucede así con otras poblaciones
que, aunque no se encuentren igualmente vulneradas, también son objeto tanto de
la inclusión social como pedagógica. Este es el caso de las personas con
talentos especiales y/o excepcionales en todas las inteligencias múltiples que
reconocemos actualmente: La Inteligencia lingüístico-verbal, lógico-matemática, viso-espacial, musical,
corporal-cenestésica (movimiento), intrapersonal, interpersonal y naturalista.
Las habilidades que en una época eran motivo de orgullo personal y familiar,
hoy se esconden por el temor al acoso escolar, la burla, la desaprobación
social y hasta el simple auto-desconocimiento. Corremos el enorme riesgo de
perder a los futuros premios nobel de Literatura, artes y ciencias que acuden
cada día a nuestras aulas por no poder construir un ambiente acogedor y
tolerante con la diferencia, pero sobre todo valorador de los primeros asomos
de creatividad innata, que al igual que los pequeños brotes vegetales, corren
el riesgo de ser pisoteados mucho antes de que puedan dar frutos.
Sin embargo, varios
de ellos se destacan en nuestra escuela diversa y Flexible y obtienen merecidos
reconocimientos: Oscar Rueda, María José Zapata, Andrés Felipe Palacios, Juan Nicolás
Marín, María José y Juanita Cucalón en la música, entre muchos que se destacan
en las artes y muchos otros que se están formando en los semilleros de la
ciencia que se cultivan cada día en la cotidianidad de las aulas con gran disciplina,
pero sobre todo con la alegría que caracteriza esta hermosa edad de la inocencia.
Por otra parte, otra población mucho más invisibilizada
en la sociedad en general y en particular en el ámbito educativo, es la
población migrante, sobre todo representada por la gran diáspora venezolana, producto
del desplazamiento económico y político que nuestra hermana nación bolivariana
atraviesa. Tal vez muy poco estamos haciendo en miras a reconocer este
importante grupo poblacional cada vez más creciente. Seguramente la riqueza de
la cultura venezolana simplemente se pierde o se diluye sin que nadie se dé cuenta.
Tal vez ni siquiera ellos mimos sean conscientes de la gran riqueza cultural
que su país les ha legado y que su vez podría enriquecer la experiencia directa
en el aula y en la sociedad colombiana.
Venezuela, cuna de destacados deportistas en como los
peloteros o beisbolistas
Luis García, José Altuve, Ehire
Adrianza y Orlando Arcía, y el receptor William Contreras, totalmente desconocidos
en nuestro medio, pero muy reconocidos y bien pagados en las grandes ligas de
los estados Unidos. También destacada en el deporte la denominada Sucesora de nuestra
Katherine Ibargüen, le espigada morena Yulimar Rojas en
salto triple. Músicos de renombre como el afamado director de
orquesta Gustavo Dudamel que enaltece el tricolor venezolano que compartimos con
orgullo al igual que el sueño de Bolívar de una “Gran Colombia” unida son
apenas una breve muestra del talento a nivel internacional del que nuestros
compañeros venezolanos pueden estar orgullosos.
Hoy más que nunca, en este mudo cada vez más convulsionado,
la escuela necesita recuperar o potencializar su papel como descubridora y
potencializadora de talentos. ¿Quién podría hacer dicho papel de
una mejor manera?, ¿En dónde más nos podemos equivocar sin problemas, en donde
encontramos esa voz de aliento que no impulsa a esforzarnos construir nuestros sueños?
Es aquí solamente aquí en la escuela en donde nos perfilamos hacia un futuro de
desarrollo pleno en la vida personal, académica y social.
Sea pues
esta revista un espacio permanente de formación continuada y de reconocimiento,
no solo para nuestros estudiantes, sino también para toda la comunidad educativa.
¡Que disfruten
este y los números anteriores y que participen en los números por escribir ¡
Amilkar A. Brunal
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